– La Naturaleza: (el Madrid confinado 2) Rutas de la Cascada del Covacho y de la Cruz del Pan – Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares (Hoyo de Manzanares – Moralzarzal / Madrid)
– La Comida: Restaurante La Cimbarra (Calle de la Cruz, 11 – Hoyo de Manzanares)
– La Música: John Schröder
Bot´s intro
Mis clases online y presenciales de guitarra eléctrica, armonía y análisis armónico me ocupan una enorme cantidad de tiempo a lo largo de la semana.
La guitarra y la música (el estudio, el trabajo técnico, las grabaciones, las conexiones a internet, etc.) son una actividad que necesita mucha concentración, silencio y te obliga a estar encerrado…
Por ello, cuando encuentro la ocasión dejo mis clases de guitarra presenciales y online en Lavapiés y me sumerjo en mi otra pasión: el senderismo.
Aunque eso sí, la música y la guitarra me siguen con los artistas que me acompañan en mis recorridos.
Más info:
https://profesordeguitarraelectrica.com
La Naturaleza
De nuevo una mañana lluviosa salimos de Madrid por la A-6 dirección Torrelodones y desde allí, por la M–618, a Hoyo de Manzanares.
La de hoy es una entrada especial porque contiene dos rutas: la Cascada del Covacho (por la mañana) y la de la Cruz del Pan (por la tarde).
Llegamos a Hoyo, y despues de callejear un rato (el inicio de la ruta de la Cascada está en la otra punta de este enorme pueblo), dejamos el coche justo en el inicio de la ruta.
Seguía lloviendo, con lo que, otra vez, nos pusimos la capucha y empezamos andar.
Como casi todo alrededor de Madrid, este es un paraje de naturaleza muy domesticada pero bello, realmente bello por las formaciones rocosas.
Estamos en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, el espacio protegido más grande, emblemático y antiguo de la Comunidad de Madrid.
Todo es encina, enebro, jara y piedras… Muchas piedras con formaciones realmente fascinantes.
Ambos recorridos son magníficos (si acaso el de la Cruz del Pan es algo más salvaje).
Se llega a la cascada, creada por el arroyo de Peña Herrera, por la vía pecuaria de la Colada de la Ladera y Picazos (antiguo camino de Villalba) en poco más de 45 minutos.
Y aunque el salto de agua no es ni grande ni espectacular, sí que se encuentra en un rincón encantador donde se puede pasar un rato disfrutando del silencio.
Es una ruta fácil que lo único que necesita es buen calzado (con suela técnica a ser posible), por la enorme cantidad de piedras que tiene el recorrido. Y porque en ningún momento paró de llover.
No es una ruta para épocas de calor. Todo el suelo es arena gruesa o piedra, sin árboles que lo cobijen.
Aparentemente es zona buitrera, aunque nosotros no vimos ninguno.
La ruta de la Cruz del Pan, más larga que la de la cascada, sale de una barriada de Hoyo bastante más cercana a la entrada desde Madrid.
Había parado de llover pero se echó una niebla bastante densa que convirtió todo el recorrido en una experiencia fantasmagórica.
La ruta comienza por el camino de Matarrubia y remonta el arroyo del Chaparral (que venía cargado de agua).
Es el mismo paisaje de por la mañana pero más abrupto.
Más subidas (a la Cruz del Pan) y bajadas, más pendientes, más canchales y más penetración en el campo.
Al inicio de la ruta, posiblemente por la niebla, el silencio era sepulcral. No había ni un ruido. Ni pájaros, ni ningún otro animal. Algo realmente curioso.
Insisto en que dicen que es normal observar buitres a lo largo de todo el recorrido pero no vimos ninguno. Eso sí, vimos muchas setas y algún chopo (lo que resulta sorprendente en medio de tanta encina, enebro y jara).
El suelo estaba mucho más encharcado que el de la mañana, salpicado de pequeñas lagunas, por lo que anduvimos chapoteando gran parte del recorrido.
Se sube más alto y, aunque ello te da una mejor perspectiva de la enorme belleza de esta zona de Madrid, no pudimos ver muy lejos.
Otra curiosidad es que es zona en la que se practica la apicultura y hay avisos para tener cuidado con las abejas.
La Comida
Otro sitio sencillo que merece una visita.
Es un restaurante más pero con una cierta “altura”. Instalaciones cuidadas y un ambiente muy agradable en el comedor, gracias a los colores, el mobiliario y la iluminación, además no hay televisión (¡gracias!).
Volvimos por nuestro fueros y nos pedimos una ración de boquerones fritos, una de torreznos y unas berenjenas fritas con miel y alioli.
Las berenjenas fueron espectaculares y los boquerones casi tanto (ambos con un rebozado muy sutil, de 10). Lástima que no los torreznos. Aunque no estaban malos, estaban mal hechos.
Aun así, es un local al que bien merece la pena volver porque tiene un buen montón de cosas en la carta que, seguro, necesitan de una segunda visita.
La Música
Este guitarrista alemán, de Frankfurt, es un músico autodidacta con unas capacidades técnicas y musicales absolutamente espectaculares.
Tiene una enorme cantidad de discos grabados, a su nombre y para otros.
Estupendo compositor y reconocido productor, no solamente es un fascinante guitarrista sino que se encuentra más que cómodo a la batería, los teclados o el bajo.
Eso sí, excesivamente ensimismado a veces en su propio virtuosismo pero, aun así, siempre interesante.
En el vídeo aparece con la Frankfurt Radio Big Band en una performance homenaje a Volker Kriegel: legendario guitarrista alemán que abrió, en su momento, el jazz de su país al rock y la experimentación.
El tema FÜR HECTOR es de Volker Kriegel, arreglado para la orquesta por el pianista estadounidense Jim McNeely (quien también la dirige).
¡GRACIAS POR ESTAR AHÍ!