– La Naturaleza: (el Madrid confinado 6) Por las vegas de Titulcia. Camino del Dehesón – Parque Regional del Sudeste (Titulcia / Madrid)
– La Comida: Mesón La Plaza (Calle Grande, 18 – Titulcia)
– La Música: Lage Lund
Bot´s intro
Mis clases, presenciales y online, de guitarra eléctrica, armonía e improvisación y análisis armónico me ocupan mucho tiempo de la semana, necesitan mucha dedicación y me obligan, generalmente, a estar en lugares cerrados.
En cuanto aparece una ocasión dejo las clases de guitarra online y presenciales en Lavapiés y me zambullo en mi otra pasión: el senderismo.
Aunque eso sí, la música y la guitarra me siguen con los artistas que me acompañan por los caminos de España.
Más info:
https://profesordeguitarraelectrica.com
La Naturaleza
Una luminosa mañana de invierno, tras un día de lluvia, y un viento helador, eso sí, salimos de Madrid por la A-4 y poco después de Valdemoro tomamos el desvío de la M-404 camino de Titulcia.
En teoría la ruta se inicia en la plaza Mayor del pueblo, pero eso supone hacer luego más de un kilómetro andando por la carretera por lo que, en la rotonda de entrada al pueblo, continuamos por la M-320 dirección Villaconejos. Pasado el puente de piedra sobre el Tajuña, un poco más adelante, dejamos el coche en una amplia explanada y empezamos a andar.
Es el Camino del Dehesón. El que antiguamente comunicaba Titulcia con Chinchón.
El camino, en su primer tramo y hasta que gira 90º a la derecha, va paralelo a la Acequia del Moral y más adelante al Tajuña. Todo el recorrido junto al agua está lleno de enormes juncos, carrizo y espadaña.
Es una vía pecuaria que da asistencia a las numerosas fincas de labranza, ganado o simplemente ocio que se encuentran diseminadas por los alrededores.
Tiene un firme sólido y es muy fácil de transitar. Eso sí, cuando hay barro es ese tan característico del sudeste de Madrid… Se te pega a los bajos de la bota formando una segunda suela que te tienes que quitar con unas tenazas.
Al poco de iniciar el sendero aparecen recuerdos de la batalla del Jarama, una de las más cruentas de la guerra civil de 1936, en forma de restos de trincheras y búnkeres.
El paisaje es muy característico de esta zona de Madrid: ausencia casi total de árboles, suelo gris de arenisca y el peculiar relieve en forma de taludes que lo salpican todo.
Tras girar a la derecha y tomar un camino recto que sigue a lo largo de varios kilómetros (y pasa por la Laguna de San Juan) encontramos una curiosa construcción, en ruinas, en la que alguien había adosado una casa aprovechando una oquedad de la montaña. De no haber sido por el mal estado de la techumbre hubiéramos entrado porque nos intrigaba cómo podía ser el interior de esta mezcla de edificio y cueva.
Nuestra intención era llegar hasta la Laguna de San Juan pero el viento y el frío cortante nos hicieron dar la vuelta.
Es un camino muy agradable, silencioso (excepto por algún perro de las fincas) y con una vista magnífica del cielo de Madrid. Ideal para otoño, invierno (aun con tanto frío) y primavera temprana… En verano ha de ser un horno.
La Laguna de San Juan, a la que no llegamos pero a la que volveremos, es un Espacio Natural Protegido y la mayor de las cinco lagunas del Tajuña.
Está situada en la margen izquierda del río y muy cerca de su desembocadura en el Jarama. Tiene unas 25 hectáreas y alberga un gran número de aves acuáticas (fue declarada Refugio de Aves en 1991) además de un punto de observación y una estación ornitológica.
La Comida
Sin ningún tipo de recomendación previa nos aventuramos en este mesón restaurante: el Mesón La Plaza.
Es un sencillo bar de pueblo con un pequeño comedor y una terraza.
Lo atiende una joven amable y servicial y tiene una carta corta pero jugosa… Básicamente carne, bacalao, arroces y algunos entrantes.
Como no somos de mucho comer pedimos dos entrantes para compartir: patatas revolconas con torreznos (comida de frío) y chopitos.
Bien preparadas las patatas, de buena calidad, nada grasientas ni demasiado saladas y ligeramente picantes (supongo que por el tipo de chorizo). Los torreznos que las acompañaban, sin ser del nivel de los de Morata, no desmerecían.
Los chopitos, aunque les sobraba la lechuga, el limón y el vinagre de Módena (!!!), estaban muy bien hechos, frescos y con un rebozado excelente.
Tomé con la comida un blanco de Viña Bayona que no estaba nada malo.
Ya sabemos que los vinos de Madrid han ganado muchos enteros.
Una comida calórica ideal para el día invernal que teníamos encima y para el paseo, por los alrededores de Chinchón, que teníamos pensado hacer por la tarde.
Por cierto, Titulcia es una denominación del siglo XIX (Fernando VII) para un pueblo que siempre se llamó Bayona de Tajuña. De ahí el nombre del vino.
La Música
Lage Lund, este guitarrista noruego, aun acabando de abandonar la treintena, es un absoluto veterano.
Instrumentista poderoso, excelente compositor y un solista original que está más allá del lenguaje clásico norteamericano (aunque es esa su influencia principal).
Fue ganador del prestigioso premio Thelonius Monk (actualmente Herbie Hancock) en 2005.
Estudió en Berklee School (Boston) y en Juilliard School (New York).
La lista de músicos de primer nivel con los que ha trabajado es inacabable aunque se puede resaltar a Ron Carter, Mulgrew Miller, Wynton Marsalis, Marcus Strickland, Aaron Parks, Kendrick Scott, Ben Street o Bill Stewart entre otros muchos.
En el vídeo interpreta, en trío, una composición suya acompañado por otros dos enormes músicos norteamericanos: Matt Brewer (contrabajo) y el maravilloso Justin Faulkner (batería).
¡GRACIAS POR ESTAR AHÍ!