37 Ascenso al Lac Redon (Estanh Redon) – Tunel de Vielha (Val d’Aran), Lleida / Cataluña

Lac Redon destacada

– La Naturaleza: Ascenso al Lac Redon (Estanh Redon) – Tunel de Vielha (Val d’Aran), Lleida / Cataluña
– La Comida: Eth Corneret de Les (Carrer Ressech, 13, Les – Lleida)
– La Música: Christoph Bernewitz

Bot´s intro

Os lo digo siempre y es la verdad…

Mis clases de guitarra eléctrica, análisis armónico y armonía me mantienen en casa mucho tiempo a lo largo de la semana y, claro, necesito salir y reencontrarme con la naturaleza.

La música y la guitarra conllevan mucho esfuerzo (muchas horas de estudio y ordenador) es algo que requiere dedicación y concentración y te obliga a estar metido en casa, en estudios de grabación o locales de ensayo.

Por ello, en cuanto surge la ocasión aparco la guitarra eléctrica, mis clases de armonía e improvisación en Lavapiés y me zambullo en mi otra pasión: el senderismo.

Y por supuesto, la guitarra y la música siguen conmigo gracias a aquellos artistas que me acompañan en mis caminatas.

Más info:
https://profesordeguitarraelectrica.com

 

La naturalezaLac Redon 1

 

Bajamos de Casau, donde nos alojamos, hacia Vielha y allí tomamos en dirección al famoso túnel de Vielha.

Este túnel se inauguró en 2007 y tiene un poco más de 5 kilómetros de longitud.

Justo al salir del túnel está el inicio de la ruta pero nos costó dar con ello.

Dimos unas cuantas vueltas buscando como llegar y decidimos parar en el aparcamiento del Refugio de Conangles, en pleno Val de Barrabés, y desde allí ir andando al punto de inicio.

En el refugio nos informaron de cómo llegar a Er Espitao, donde empezaba realmente la ruta.

El camino desde el refugio es a través de un precioso bosque de hayas jóvenes. Una delicia.

Salimos del bosque en la dirección correcta y, poco antes de llegar a Er Espitao, giramos hacia Port de Rius, pero prestando atención al GPS para no perder la senda que se desvía hacia el Lac Redon.

Parece lioso pero no lo es.

Nos colocamos finalmente en la trocha y empezamos a subir, suavemente.

Comienzan a aparecer en el suelo las piedras grandes y pequeñas que ya no nos van a abandonar.

Con el primer repecho, lleno de preciosas flores de azafrán silvestre, alcanzamos una pista que no sabemos de dónde viene ni a dónde va, pero que nos deposita en una magnífica pradera alpina.

Nos encontramos en la entrada de un antiguo circo glaciar, no demasiado grande pero coronado por montes de entre 2500 y 2800 metros. ¡Una barbaridad!

Atravesamos un bosquete de hayas enormes y cruzamos un arroyo con bastante caudal que viene del lago: el Barranc d’Estanh Redon.

Entramos en el circo glaciar.

Nos sentimos muy pequeños porque lo que nos rodea es enorme, el espectáculo es abrumador.

Avanzamos, subiendo, por la pradera alpina, girando en círculo para enfilar la zona fuerte de la ascensión.

La senda aparece y desaparece debido a la enorme cantidad de piedras y, aun ayudándonos del GPS, los hitos de piedras dejados por los caminantes y algunas pintadas del GR-11, nos perdemos continuamente y tenemos que parar a buscar las señales una y otra vez.

El camino sigue ascendiendo y girando y llegamos a la zona en que se inicia la ascensión fuerte. Todo ello a pleno sol.

Hay que subir entre piedras que están casi verticales y mojadas (el agua escurre por todos lados), es un desafío.

Nos ponemos a ello con tranquilidad y mucho cuidado y, aunque nos perdemos varias veces, gracias a los hitos conseguimos salir adelante.

Pasamos este largo tramo de piedras verticales y el sendero, por llamarlo de alguna manera, aunque asciende, se hace un poco más transitable.

Aquí podemos dedicar un rato a contemplar lo que tenemos abajo, enfrente y arriba… ¡Te quita la respiración!

Las paredes de los enormes montes de enfrente están cubiertas de bosque de pino negro, detrás hay unas moles de piedra considerables y 150 o 200 metros por debajo de nosotros está la preciosa pradera por la que entramos al circo glaciar. Es impresionante.

Seguimos avanzando y la tranquilidad dura poco porque vuelve a aparecer un segundo tramo, más corto, de piedras verticales mojadas.

Vuelta al tajo y finalmente, cerca de la cima, la trocha se estabiliza un poco.

En este tramo la senda, estrechísima, va justo al borde de un precipicio de por lo menos 400 metros de caída libre… La pesadilla de alguien con vértigo.

Subimos y subimos y acabamos llegando a una pedrera enorme creada, en algún momento en el tiempo, por el glaciar.

Son unos 20 o 25 metros de ascensión, con pies y manos, por unas piedras enormes entre las que escurre el agua.

Nos ponemos a ello y finalmente coronamos. Conseguimos ver el lago.

Hemos hecho un círculo de casi 300 grados desde que entramos en el circo glaciar.

El Lac Redon o Estanh Redon es un enorme ibón de origen glaciar que alimenta la cabecera del Noguera Ribagorzana.

Es de un gris oscuro amenazador debido a sus 73 metros de profundidad (el más profundo del Pirineo) y ocupa todo el circo glaciar, rodeado de montañas grises y peladas.

Tiene todo el aspecto de estar frío, muy frío.

Dedicamos un rato a recuperarnos de la paliza, a contemplar este increíble paisaje lunar de piedra y agua, a mirar lo que se extiende en el horizonte y a descubrir lo que nos hemos dejado 700 metros por debajo de nosotros, con el Embalse de Baserca al fondo… ¡Alucinante!

Cuando conseguimos recuperarnos de la impresión, empezamos a buscar por dónde bajar. La pedrera puede subirse pero bajarla es suicida.

Vemos a unos franceses que se mueven hacia donde no nos imaginábamos y observamos qué pasa.

Nos damos cuenta de que hay una trocha que zigzaguea, cómodamente, hacia el camino de subida… ¡Nos podríamos haber ahorrado la escalada por la pedrera!

Tomamos la senda descendente y enlazamos fácilmente con el camino que hemos traído para subir.

La bajada se hace por donde hemos subido aunque, curiosamente, es más cómoda y nos perdemos bastante menos.

Hay que tener mucho cuidado en las zonas delicadas.

Cinco horas después aterrizamos con bien en el Refugio de Conangles y, en el hermoso área recreativa que tiene al lado, devoramos las viandas que hemos traído.

Esta ruta de hoy no es apta para no iniciados en el monte. 

Es una ruta que tiene varios tramos, con agua, en los que hay que ascender con pies y manos, casi escalando.

Es un camino de cabras con un desnivel de 700 metros… Una ruta de las que se denominan “rompepiernas”. ¡Una gozada!

La comidaLac Redon 2

 

Uno de los días decidimos reservar en Eth Corneret De Les lo que, finalmente, acabó resultando la mejor experiencia gastronómica de este verano de 2021.

Una pequeña terracita al lado del río Garona donde el joven dueño nos acoje sonriente. Buen principio.

Comemos el menú (no hay carta) pero… ¡Qué menú!

De primero: lasaña de verduras y crêpe de setas con salsa de boletus. De segundo: entrecot al punto y magret de pato. De postre: tiramisú y tarta de pera.

Visto así puede parecer normal ¿verdad? Pues no, era absolutamente espectacular.

Guisado con mimo, productos de primerísima calidad y platos absolutamente equilibrados y perfectamente construídos. Una exquisitez absoluta a un precio sin competencia.

Insisto, la mejor experiencia gastronómica de ese verano.

Lac Redon 3

 

La música

Christoph Bernewitz es un guitarrista alemán del que no he podido encontrar la más mínima pista sobre su formación musical.

Es un guitarrista interesante, sólido y con un gran número de influencias que aúna de una manera excelente.

Ha colaborado y grabado con muchos artistas pop y rock y ha formado parte del dúo Clueso (junto a Daniel Bätge) y con los que tiene 3 discos.

Independientemente de la falta de información, creo que es un joven músico interesante al que merece la pena seguir la pista.

En el vídeo aparece en cuarteto junto a Philipp Cieslewicz (órgano y Wurlitzer), Alex Binder (bajo eléctrico) y Hanno Stick (batería)

 

¡GRACIAS POR ESTAR AHÍ!