14 Braña de los Tejos – San Pedro de Bedoya (ZEPA Liébana / Cantabria)

La braña de Los Tejos 1

– La Naturaleza: Braña de los Tejos – San Pedro de Bedoya (ZEPA Liébana / Cantabria)
– La Comida: Restaurante Los Molinos – Los Llanos (Cantabria)
– La Música: Igor Osypov

Bot´s intro

Dedico tanto tiempo a mis clases de guitarra eléctrica, armonía y análisis armónico que en cuanto puedo me escapo para reencontrarme con lo salvaje.

Mis clases de guitarra online y la música me ocupan, prácticamente, toda la semana.

Mucho ordenador, mucha concentración y, sobre todo, mucha ciudad.

Cuando aparece la oportunidad abandono mis clase presenciales de guitarra eléctrica y análisis armónico en Lavapiés y las clases online, y me sumerjo en mi otra pasión: el senderismo.

Eso sí, la guitarra y la música continúan conmigo gracias a aquellos músicos que me acompañan en las escapadas.

Más info:
https://profesordeguitarraelectrica.com

La Naturaleza

La braña de Los Tejos 2

Salimos a primera hora de la mañana de La Vega de Liébana por la N-621, atravesamos Potes y nos desviamos un poco más adelante, por la CA-881, hacia San Pedro de Bedoya.

Este pequeño pueblo se halla en el corazón del Valle de Bedoya, un paraje absolutamente maravilloso, con unos bosques espectaculares por su frondosidad y variedad.

Desde un extremo del pueblo, y al lado de la única fuente que hallaremos en el camino, sale la pista (PR-S4) hacia la Braña de los Tejos.

Se puede subir desde diferentes sitios a la braña, pero nosotros escogimos este camino por ser el más directo. No tiene pérdida, coges la pista y prácticamente llegas sin desviarte.

No es un camino para espíritus apocados porque estamos hablando de una subida de casi 1000 metros en unos 5 kilómetros. Hay que armarse de valor, ponerse un buen calzado y estar dispuesto a tirar para arriba; no hay tramos llanos, todo es pendiente y a veces bastante pronunciada.

Eso sí, se puede hacer disfrutando de todo lo que tienes delante: el bosque, los valles, los collados, los Picos de Europa, el mar. Merece la pena tomarse el tiempo para descansar y saborear lo que tienes a la vista.

Hecha con un espíritu positivo, esta ruta es un regalo.

El inicio es una pista hormigonada que se acaba convirtiendo en pista forestal. Desde el principio ya nos saludan unos castaños enormes y no vamos a parar de ver robles, hayas y castaños monstruosos a lo largo de toda la senda.

Según subes el paisaje es cada vez más impresionante porque cuando el bosque se abre empiezas a percibir la belleza de los valles y a descubrir los enormes riscos del Parque Natural de los Picos de Europa.

Cuando la cuesta termina se llega al primer collado, una planicie hermosa y llena de vacas que conduce al pequeño hayedo de Cordancas… Un alivio, porque a estas alturas ya estamos sudando, acalorados por la subida y el sol.

El camino a través del hayedo conduce al Collado Pasaneu desde donde se ven los Picos de Europa en toda su majestuosidad y a lo lejos, el mar.

Tras un último esfuerzo,  aterrizamos en la Braña de los Tejos.

Aquí todo se dispara y no se sabe dónde mirar. La vista es de 360º y el entorno es espectacular. Se puede ver a cientos de kilómetros, montañas y más montañas, bosques, valles, el Cantábrico… ¡No tengo palabras!

Hay tejos aislados diseminados por toda la braña pero, en un lateral, se encuentra un grupo de grandes tejos en círculo que se supone era un enclave sagrado para los cántabros. Desde luego todo el lugar impone lo suficiente como para especular con lo divino, lo sagrado y lo trascendente.

La Comida

Es Los Molinos un establecimiento peculiar, justo a la entrada de la aldea de Los Llanos según vienes de Potes, por la gente que lo lleva y por la idiosincrasia del lugar (no admiten tarjetas de crédito, no tienen menú del día, no hacen reservas).

Está atendido por lo que parece ser una familia –de edad– y es el patriarca, silencioso, el que atiende una parrilla de leña en la entrada, donde se hacen las carnes.

No es un sitio caro, pero tampoco es barato aunque, eso sí, es muy recomendable. La comida es totalmente casera y cocinada por una señora también mayor.

Nos tomamos un cocido lebaniego para llorar de gusto, unos huevos fritos de primera con unas patatas fritas que daban ganas de aplaudir y rematamos con una mousse de limón, –casera– seguramente la mejor que hemos tomado nunca.

Si podéis no os lo perdáis.

La Música

La música la puso el joven guitarrista ucraniano IGOR OSYPOV.

Un guitarrista que se mueve en formas de jazz que tienen que ver con un cierto clasicismo pero también en el ambient, la electrónica y la experimentación.

En su discografía hay colaboraciones interesantes, como la que tiene en Blues People (2018), el disco del saxofonista Logan Richardson.

Además, en Dream Delivery (2016), un disco con su propio quinteto, está el excelente contrabajista polaco Max Mucha que, junto al batería israelí Ziv Ravitz, es colaborador habitual en el trío del magnífico guitarrista polaco Szymon Mika.

Compositor interesante y residente en Berlín.

En el vídeo está junto a Asger Nissen (saxo), Tom Berkmann (bajo) y Quentin Cholet (batería).

 

¡GRACIAS POR ESTAR AHÍ!